CURIOSIDADES MATEMÁTICAS EN LOS VIAJES

Como comentaba en la anterior entrada, los que tenemos cierta "deformación" matemática nos influye en todos los aspectos de nuestra vida. También cuando vamos de viaje. Por eso, no es extraño que nos vayamos fijando las cosas que nos llaman la atención a nosotros y a pocos más. Así nos miran los demás turistas extrañados cuando en lugar de fijarnos en un edificio, como el resto, nosotros nos fijamos por ejemplo en la solería que estamos pisando.

Cualquier cosa nos llama la atención. El viaje a Alemania lo hicimos con Ryanair. Yo era la primera vez que viajaba con esa compañía por lo que no dejó de llamarme poderosamente la atención el circo consumista constante durante todo el vuelo. En una de las ocasiones nos ofrecieron unas tarjetas para rascar al módico precio de 2 euros. Lo llamativo fue cuando ofrecían una oferta comprando siete boletos por 10 euros, lo que significaba, según el mensaje radiado, un ahorro del 40% en el precio de compra. El problema es que el ahorro de 4 euros no era sobre los 10 finales, sino sobre los 14 del precio real de venta, por lo que el ahorro no llegaba ni al 30%.

Durante estos días me han llamado la atención varias cosas. Por ejemplo, en Ámsterdam me encontré la siguiente matrícula que captó mi atención por esa especie de cuadrado que aparece tras las dos primeras letras. Consultando Internet estos días he descubierto que significa que esa matrícula se ha reemplazado ya dos veces.

En el libro de "Los asesinos matemáticos atacan de nuevo", de Claudi Alsina, había leído que en Berlín hay algunas zonas en las que en el callejero, el número de algunas casas utilizaban fracciones. Por donde yo me moví no conseguí encontrar ningún ejemplo, pero si encontré fracciones, por ejemplo, en la información de agua y gas de los bloques de pisos. En concreto, en el mismo edificio en el que estaba el apartamento donde nos quedábamos aparecía la placa que adjunto.

Durante las dos semanas de viaje, hemos visitado varias iglesias en donde hemos encontrado una gran cantidad de vidrieras, algunas muy impresionantes como las de la Catedral de Colonia. Pero las que más me llamaron la atención fueron las de la catedral de Münster, pues se salía de lo corriente y estaban distribuidas como los números de un reloj.



Otra cosa llamativa en los edificios la localicé en la ciudad de Zaadam, cercana a Ámsterdam, donde pasamos una noche. En el centro los edificios tienen unos colorines que recuerdan a parques infantiles. Pero lo que captó mi atención fue uno de los edificios en cuya parte superior se podían localizar fácilmente poliminos, como si estuviésemos en un juego del Tetris.

Uno de los días de paseo por Ámsterdam, localicé en el escaparate de una tienda de la marca United Nude, dedicada a zapatos y completos, un zapato con una clara inspiración en la Cinta de Moebius. Incluso en el mismo escaparate aparecía como complemento un brazalete pentagonal en el que los dos extremos del brazalete estaban levemente girados.



La Cinta de moebius era también el logotipo de uno de los principales bancos alemanes.

1 comentarios:

Marta Macho-Stadler dijo...

Genial, gracias por compartirlo :-)

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