El número de inscritos fue, como siempre, el máximo de 400 alumnos, repartidos entre 3º y 4º de ESO y 1º y 2º de Bachillerato. La asistencia fue masiva produciéndose muy pocas faltas de asistencia.
Durante la mañana se celebraron las pruebas. En cada modalidad se plantean 20 ejercicios de tipo test, es decir, con un enunciado y seis posibles respuestas. La puntuación es similar a otros concursos. Para impedir que se responda a voleo, la puntuación de cada prueba acertada es de 5 puntos, se otorgan 2 puntos si la pregunta se deja en blanco y 0 puntos si la respuesta es errónea.
Las preguntas son muy diversas conteniendo ejercicios de lógica, de aritmética, geometría, probabilidad, etc... A continuación, planteo una de las preguntas que a algunos de los profesores nos planteó problemas para encontrar la solución hasta que se nos hizo evidente la pista que no estábamos viendo.
En la siguiente imagen tenemos un cuadrado ABCD dentro del cual se ha dibujado un triángulo equilátero BCO. Se pide el valor del ángulo OAC.
Entre los alumnos, que llevé a la prueba, del Instituto Macarena de Sevilla, se clasificó uno de ellos para los talleres de preparación de la Olimpiada Matemática de Bachillerato. Fue nuestro alumno Pablo Puerto Muñoz que ya el año pasado quedo también clasificado en su modalidad, ESO.
Este año quedó entre los cinco primeros clasificados, pero para ver la fuerte competición indicar que entre los cinco primeros solo hubo dos puntos de diferencia, pues varios de ellos tuvieron la misma puntuación.
La conferencia de clausura corrió a cargo de mi amigo Antonio Ledesma, que impartió una sensacional charla sobre laberintos unicursales, es decir, aquellos que solo tienen un recorrido sin bifurcarse.
Además, diseñó una chapa con motivo de la charla, que entregó a los premiados, y una camiseta que nos reservo para los amigos.
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