EL APOTEÓSICO FINAL DE LA FERIA DE LA CIENCIA

Aunque sea con una semana de retraso, no quiero dejar pasar la oportunidad de comentar la clausura de la Feria de la Ciencia que se celebró el pasádo sábado 7.

Como es tradicional en la Feria, el sábado es un día dedicado a las familias, por ello, se ven muchos más niños pequeños y padres que no tienen la prisa de las visitas de centros educativos. Sabemos que es un día mucho más relajado, donde las familias no tienen problema en sentarse tranquilamente e implicarse en las actividades mientras lo estén pasando bien.



Pero lo que nadie esperaba es lo ocurrido este año. Normalmente, la asistencia del sábado suelen ser personas que han asistido otros años y producto del boca a boca. Lo llamativo es que este año nos ha desbordado cualquier previsión. El sábado estuvo la Feria tan atestada como los dos días anteriores y, en particular, por la tarde costaba trabajo andar por los pasillos y en los estands no dábamos abasto. Que hubiese mucha más gente, unido a que algunos proyectos no están ya el sábado y que en la mayoría de estands nos fallan algunos de los divulgadores por el tema de las comuniones, lo cierto es que estuvimos desbordados en algunos momentos.


Por hablar algo de los proyectos, ya comentamos que este año había varios sobre robots, como puede verse en una de las primeras imágenes. Las últimas tecnologías están siempre presentes en la feria y así pudimos ver el techo del pabellón ferial surcado por drones de diversos tipos. En nuestro proyecto somos más pedestres y una de las actividades consistió en ver distintas formas de nudos de corbatas. Pero algo de lo que nos llamó la atención fue, en uno de los proyectos de los más pequeños, ver como construían poliedros utilizando palillos y garbanzos cocidos.



Últimamente en la feria hay un apartado para aquellos profesores que fueron pioneros en el montaje de este evento, pero que al estar ya jubilados no tienen alumnos con los que preparar proyectos y sin embargo, siguen participando activamente en la feria. Uno de ellos, es nuestro amigo Fermín Novo que este año estuvo construyendo un triángulo de Pascal utilizando latas de refresco y colocando los números que iban calculando los asistentes, diferenciando entre primos y compuestos.

Y ya para acabar solo comentar que en los proyectos coincidímos, como siempre, gente con mucha carga a las espaldas, como por ejemplo, Ángel Tenorio de la UPO y uno de los presidentes provinciales de Thales que hemos tenido en Sevilla. O Jose María Vázquez, actual tesorero de Thales y con el que hemos montado una, también exitosa, matemáticas en la calle esta misma mañana en Mairena, pero eso tendrá que ser para otra entrada.


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