UNA NATURALEZA MÁS MATEMÁTICA

Desde que Galileo acuñara su célebre frase indicando que las matemáticas son el alfabeto en el que está escrito el libro de la Naturaleza, quedó perfectamente claro que las matemáticas son omnipresentes en el mundo natural, aunque no hayan ido a ninguna escuela a aprenderlas.

Sin embargo, otra gran mente del siglo pasado, Benoit Mandelbrot, creador de la Geometría Fractal, llego a desmontar la perfección geométrica de la naturaleza con su rotunda frase:

"Las nubes no son esferas, las montañas no son conos, las costas no son circulares, la corteza de los árboles no son lisas y los relámpagos no viajan en línea recta."

Esto quiere decir que la geometría que se puede encontrar en la naturaleza no siempre es exacta.

Por ello, no debe extrañarnos que el ser humano tienda a perfeccionar los patrones naturalezas para buscar la belleza geométrica más pura.

Desde hace mucho tiempo el hombre ha adaptado sus construcciones a formas que le resultaran bellas. En concreto, si nos fijamos, como vamos a hacer en esta entrada, en las formas que se dan a los árboles y setos, ha sido posible encontrar formas reconocibles cuando se recortan esos elementos, como por ejemplo, formas humanas, de animales, de construcciones reconocibles, etc...

Pero de unos años hacia aquí es corriente ver que en nuestros parques y jardines, donde siempre se han reconocido formas geométricas en los caminos y estructuras, aparecen otras formas más geométricas aún. Así nos encontramos árboles recortados con figuras geométricas como las siguientes.


O incluso setos con forma de paralelepípedo, como en esta otra imagen.


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