Desde aquí queremos felicitar y felicitarnos por tan citado día ya que, aunque algunos puedan creer que es difícil, existe mucha relación entre las matemáticas y la poesía. El célebre matemático Karl Weierstrass escribió en una carta a Sonia Kovalevskaya, que todo matemático completo debe tener algo de poeta.
En el año 1996 publiqué un artículo en la revista SUMA, junto con mi mujer Carmen Castro y nuestra amiga argentina Mª Victoria Ponza, con el título "¿Pueden las matemáticas rimar?". En dicho artículo recogíamos ejemplos de poesías matemáticas realizadas por reconocidos poetas y matemáticos, junto con otras realizadas por alumnos. El complemento ideal para dicho artículo fue un poema escrito exprofeso para dicha publicación por nuestro querido y recordado Gonzalo Sánchez Vázquez, el gran impulsor del movimiento asociativo en el mundo de la enseñanza de las matemáticas en el mundo iberoamericano.
Hace unos días incluimos en otra entrada la poesía al número PI de la Premio Nobel Wislawa Szymborska. Hoy queremos dejaros el poema que nos dedicó Gonzalo de su puño y letra:
MATEMÁTICAS Y POESÍA
Esos números que crecen y crecen sin descanso,
0.9, 0.99, 0.999, 0.9999, 0.99999,....
Acercándose cada vez más a la unidad divina,
acariciándola sin llegar a tocarla todavía:
esta sucesión numérica es también poesía.
Es como una rima inacabable y sostenida,
como una esperanza siempre insatisfecha,
como un deseo que nunca se detiene,
como un cercano horizonte inalcanzable...
Triángulos, círculos, polígonos,
elipses, hipérbolas, parábolas,
suenan en nuestros oídos desde Euclides
como formas geométricas abstractas,
figuras ideales que viven con nosotros,
porque también en el amor hay triángulos
y en el cielo se dibuja sin compás el arco iris.
Vais paralelos siempre lenguaje y geometría,
pues en el habla se esconde las elipses,
en los libros sagrados se habla de parábolas
y en los poemas épicos se disparan las hipérbolas.
Números y formas, imágenes y ritmos
orden y luz en versos y en teoremas,
con un toque supremo de armonía,
estáis juntas en la memoria de los tiempos,
juntas estáis matemática y poesía.
Esos números que crecen y crecen sin descanso,
0.9, 0.99, 0.999, 0.9999, 0.99999,....
Acercándose cada vez más a la unidad divina,
acariciándola sin llegar a tocarla todavía:
esta sucesión numérica es también poesía.
Es como una rima inacabable y sostenida,
como una esperanza siempre insatisfecha,
como un deseo que nunca se detiene,
como un cercano horizonte inalcanzable...
Triángulos, círculos, polígonos,
elipses, hipérbolas, parábolas,
suenan en nuestros oídos desde Euclides
como formas geométricas abstractas,
figuras ideales que viven con nosotros,
porque también en el amor hay triángulos
y en el cielo se dibuja sin compás el arco iris.
Vais paralelos siempre lenguaje y geometría,
pues en el habla se esconde las elipses,
en los libros sagrados se habla de parábolas
y en los poemas épicos se disparan las hipérbolas.
Números y formas, imágenes y ritmos
orden y luz en versos y en teoremas,
con un toque supremo de armonía,
estáis juntas en la memoria de los tiempos,
juntas estáis matemática y poesía.
Con él nos gustaría homenajear a una disciplina tan imprescindible como la poesía. Si alguien tiene la sensación de que le ha sabido a poco, es posible encontrar muchos lugares en Internet en los que encontrar más ejemplos, aunque para empezar nosotros recomendamos la excelente página del profesor José María Sorando, en concreto su sección de poesía.
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