Como comenté en anteriores ocasiones, en las fechas que llevamos de pandemia, al salir en menos ocasiones y estar más tiempo en casa, he tenido tiempo de leer una serie de libros y novelas que tenía atrasadas por la vorágine cotidiana. De uno de ellos voy a hablar en esta ocasión.
Una de las novelas que tenía pendiente se llama "Crímenes pitagóricos" del ateniense Tefcros Mijailidi profesor de enseñanza secundaria. En 2008 publicó esta primera novela que transcurre en un ambiente muy relacionado con las matemáticas.
Hay dos historias paralelas, por un lado en una serie de interludios se desarrolla la penosa historia del descubrimiento de los números irracionales por el pitagórico Hipaso de Metaponto que, según la leyenda, fue obligado a bajar del barco antes de llegar a puerto en castigo a la difusión de ese secreto que hacía temblar los fundamentos pitagóricos.
La historia principal es la del estudiante de matemáticas Mijaíl Mavroleos y su relación con otro matemático griego Stéfanos Candartsis quien conoce en la conferencia que dio Hilbert en 1900 donde planteó los problemas que se deberían resolver en el siglo que iba a comenzar.
A lo largo de toda la historia hay referencias a multitud de matemáticos. En concreto, hablando de la conferencia anterior se cita una relación de los principales matemáticos del siglo XIX. Todos aquellos que hemos estudiado la carrera de matemáticas reconocemos todos los nombres de los postulados, teoremas o lemas que estudiamos en la carrera. En este caso se habla de ellos en su contexto histórico.
Pero además se habla de mucha matemática, y no solamente de esa época, ya que, por citar un par de ejemplos, se habla de Zenon de Elea y de sus paradojas, o se retratan las dificultades que pasó Galois en su intento de que fuera reconocido su trabajo, terminando en su trágico final por culpa de una "infame coqueta" como decía en mis apuntes de Álgebra 2.
Pero además, se reflejan aspectos sociales de los primeros años del siglo XX, como por ejemplo los convulsos años por los que pasó Grecia en esos momentos, o la vida bohemia que se vivía en París. En este último aspecto, el protagonista traba amistad con el pintor Picasso, aún un aspirante a pintor de culto y del que se recalca su interés por las matemáticas.
En resumen, es un libro interesante, que se lee con facilidad y donde se hacen constantemente referencia a la historia de las matemáticas.
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Una de las novelas que tenía pendiente se llama "Crímenes pitagóricos" del ateniense Tefcros Mijailidi profesor de enseñanza secundaria. En 2008 publicó esta primera novela que transcurre en un ambiente muy relacionado con las matemáticas.
Hay dos historias paralelas, por un lado en una serie de interludios se desarrolla la penosa historia del descubrimiento de los números irracionales por el pitagórico Hipaso de Metaponto que, según la leyenda, fue obligado a bajar del barco antes de llegar a puerto en castigo a la difusión de ese secreto que hacía temblar los fundamentos pitagóricos.
La historia principal es la del estudiante de matemáticas Mijaíl Mavroleos y su relación con otro matemático griego Stéfanos Candartsis quien conoce en la conferencia que dio Hilbert en 1900 donde planteó los problemas que se deberían resolver en el siglo que iba a comenzar.
A lo largo de toda la historia hay referencias a multitud de matemáticos. En concreto, hablando de la conferencia anterior se cita una relación de los principales matemáticos del siglo XIX. Todos aquellos que hemos estudiado la carrera de matemáticas reconocemos todos los nombres de los postulados, teoremas o lemas que estudiamos en la carrera. En este caso se habla de ellos en su contexto histórico.
Pero además se habla de mucha matemática, y no solamente de esa época, ya que, por citar un par de ejemplos, se habla de Zenon de Elea y de sus paradojas, o se retratan las dificultades que pasó Galois en su intento de que fuera reconocido su trabajo, terminando en su trágico final por culpa de una "infame coqueta" como decía en mis apuntes de Álgebra 2.
Pero además, se reflejan aspectos sociales de los primeros años del siglo XX, como por ejemplo los convulsos años por los que pasó Grecia en esos momentos, o la vida bohemia que se vivía en París. En este último aspecto, el protagonista traba amistad con el pintor Picasso, aún un aspirante a pintor de culto y del que se recalca su interés por las matemáticas.
En resumen, es un libro interesante, que se lee con facilidad y donde se hacen constantemente referencia a la historia de las matemáticas.