Al menos eso podemos leer en la noticia que publica el diario ABC, que se hace eco de una investigación presentada por científicos canadienses y estadounidenses en el primer Congreso Conjunto de Biología Evolutiva en Ottawa, Canadá.
Imagen de flickr, con licencia CC by-nc 2.0
Tras modificar genéticamente durante cuarenta generaciones a una estirpe de moscas de la fruta, y después de realizar una serie de pruebas, consiguieron que los insectos pudieran contar hasta cuatro.
El experimento también puede ser útil para analizar desde el punto de vista de la neurología, el motivo de que algunos humanos tengan dificultades para aprender y realizar operaciones aritméticas básicas, lo que se denomina científicamente como discalculia.
Lo dicho, en verano: calor, moscas y matemáticas.
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