En estos días todos los medios se mesan los cabellos hablando del vergonzoso espectáculo que hemos vuelto a dar al participar en las últimas pruebas internacionales para evaluar el nivel de nuestros alumnos de 4º de Primaria en Legua (Prueba PIRLS) y en Matemáticas y Ciencias (Prueba TIMSS). Prácticamente todos los medios se han hecho eco de la noticia, algunos de ellos con unos titulares tremendistas como si el mundo se fuera a acabar. Lástima que son los mismos que se repiten año tras año cuando se celebran esas pruebas o las PISA para secundaria, pero nunca se hace nada para remediarlo. Se puede leer la noticia en muchos lados, como por ejemplo, en el DiarioDeSevilla que no es tan catastrofista y hace una comparativa entre España y Andalucía, en la que, por una vez y sin que sirva de precedente, Andalucía no queda aún peor de la media.
Lo que me parece más preocupante no es tanto los resultados por debajo de la media, bastante si nos comparamos con el resto de Europa, sino lo que expresa el informe sobre que solo el 1% del alumnado español puede considerarse que es excelente, cuando la media de la OCDE es del 7%, y tenemos en el escalón más bajo un 13% de alumnado con dificultades frente al 5% de la OCDE.
En el blog de nuestro amigo Fernando Blasco vemos una reseña de esa noticia y se aprovecha para comenzar una serie de entradas en el propio blog Grado361 para intentar aumentar el nivel de matemáticas a partir de juegos, recursos, informaciones, etc. Por ejemplo, en la entrada de hoy sábado habla sobre los museos de matemáticas y en concreto se refiere a nuestros amigos del Mmaca (Museu de Matemàtiques de Catalunya).
Pero ahora me gustaría hacer un comentario personal, aprovechando la pregunta con que se presenta la entrada. No creo que nadie que se dedique a la enseñanza pueda extrañarse de los resultados que obtenemos en las pruebas. En primer lugar, yo que llevo ya casi 35 años dedicados a dar clase en un nivel medio he perdido hace tiempo la cuenta de las leyes de educación que he tenido que sufrir. Especialmente en los últimos 20 años, a pesar de contar con una estructura similar, los cambios son casi cada legislatura. Da la impresión que cada vez que entra un nuevo gobierno intenta ver qué puede cambiar para fastidiar aún más la enseñanza. Bien es cierto que de vez en cuando tenemos gente sensata como el anterior ministro Gabilondo, pero en general lo que hemos tenido en la cartera de educación, y lo que le toque, ha sido nefasto. ¿De verdad puede haber alguien con un dedo de frente que después de ver los resultados obtenidos en las pruebas internacionales piense que el gran problema de la educación es la ciudadanía o la religión?
Por otro lado, basta comparar cualquier prueba internacional con lo que se exige en España y se ve que no tienen nada que ver. Es exactamente igual que un atleta que esté entrenando en la carrera de 100 metros y cuando llega a las olimpiadas lo ponen en la prueba de salto con pértiga, seguro que alguno se extrañaría de los resultados obtenidos. Y este aspecto es culpa de los gobernantes que no cambian drásticamente el enfoque de la enseñanza. A veces legislan en esa línea, pero después no obligan a que se cumpla. Pero también es culpa del propio profesorado que no somos capaces de cambiar nuestro chip y ver que tal como estamos preparando a nuestro alumnado está muy aislado de la senda que siguen otros países. Pero claro, ya se sabe que ahora lo que interesa es la competitividad, aunque no sé con quien vamos a competir con los niveles tan "gloriosos" que tenemos.
Como no quiero acabar de mal humor, aprovecho para incluir un enlace a una hilarante noticia aparecida en elmundotoday relacionada con las matemáticas, y que por supuesto es de broma, ya que hay personas que se creen todo lo que ven en Internet, como por ejemplo que con la nueva ley el gobierno quiere mejorar la educación.
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